¿Cuál es el mejor ejemplo de una tostada frustrada? Pues la tostada que por fuera este quemada, mientras que el queso por dentro aún no este derretido. Gracias al siguiente enfoque podrás olvidarte completamente de este problema: para una tostada brillante, que ofrece un crujido sofisticado con un dorado perfecto sin quemarse, no se usa mantequilla, sino mahonesa. En un primer momento puede resultar desconcertante, pero realmente funciona. El aceite de la mahonesa se calienta más que la mantequilla y junto con el huevo permite conseguir un dorado bonito, uniforme y crujiente.